El golpe mas duro nunca tendrá como objeto al cuerpo material, en general, estos son autoinflingidos o en el menor de los casos, dejados al infortunio de las propias omisiones y casi excepcionalmente, por terceros que con o sin razón, dirigen sus acciones contra la persona misma que es golpeada.
Pero¿ Quien es el que recibe el golpe?¿Tú?
Indudablemente la respuesta es si, desde el prisma de la personalidad que se acongoja como respuesta inmediata al acto aquel, aunque como el paso del tiempo atenúa el daño, permanece en el cuerpo interior el rasgo de aquel suceso producido, tatuando un momento de tu tiempo con una muy baja emisión de emociones producto de tu respuesta propia a ese suceso.
La mayor parte de los golpes recibidos, los mas duros no provienen de castigos físicos o accidentes donde la materia se ve sujeta a daños notorios en lo palpable, en mayor o menor escala. Son emocionales.
Así, algunos seguramente olvidados, enterrados en la composta cerebral de otras épocas con menor conciencia aun repercuten en el inconsciente, en cada acto de cada día. Creando( me atrevo afirmar), un zombi delante de otro zombi. Caricatura de persona, que suple a la anterior en un viaje que dura lo que dura la vida.
Con esto, supongo que le doy un tinte de multiplicidad de personalidades a un solo ser, que en su momento fue limpia respuesta a todo suceso que conocía del mundo, para luego irse moldeando de acuerdo a lo que se debía responder ante el suceso de turno, que en su extensión temporal plasmaba mas fuerte en si mismo una condición humana similar a la de un espejo.
Esta es mi respuesta exterior a lo que soy.
Una respuesta que radica en el recuerdo de la época limpia e inocente, donde en si mismo un ser mas cercano a la nada y a lo simple, recibe lecciones del como sobrevivir antes de como vivir. Añado que mi historia de vida no es sufrida como la de otros niños que si, han sufrido en lugares remotos, golpeados y callejeados sin algún grado de afecto, mas bien en las enseñanzas sobre dios, el amor y la violencia que tan natural es del hombre como el de poseer y ganarlo todo en pos de enemistades. Enseñanza no aleccionada en relatos o conversaciones , sino mas bien en la observación del medio en que uno estuvo, en la naturaleza misma del entorno que asumes como el universo mismo de todo tu ser.
Así pues, llegada la madurez física. No eres mas que una copia fiel de todo lo antes mencionado, dando cuenta de tus diferencias pero en el inconsciente llevando muy tatuado el como ser, actuar y reflejar tu ser ante las repeticiones que vendrán en metáforas o en el camino seguro y lógico de un hombre joven , el cual es dirigirse a la formación de nuevas sociedades para finalmente replicar el modelo del cual has venido en tu formación interior.
Esta mecánica, muy bien conocida por la psicología moderna resulta positiva cuando el factor inicial lo es, por ende su resultado negativo también.
Aún así, no hay que darle todo el crédito a esta lógica, ya que en muchos casos, terceros corrompen el paso seguro de una vida digna y tranquila. Considerando que cada ser es un arraigo de raíces propias de otros seres que componen su genealogía y mundo, el resultado de una sociedad compuesta de dos es incierto aunque procures el mejor esfuerzo en su éxito, aunque a sabiendas del no replicar tu modelo principal de vivir, simplemente sucede.
Ahora, en la época de la primera desintegración de lo que soy, puedo observar con la calma que da la distancia del tiempo que la razón del hombre ( por ende la de la mujer), esta sujeta a su formación y muy pocos crean la propia, alejada de las experiencias si no de la simple meditación en el si mismo, interactuando ya no como espejo, si no mas bien como la propia imagen individual de un ser único.
El que no, es zombi sobre zombi sobre zombi.
¿Quien es el que recibe el golpe?¿Tú?
Por estas fechas uno de mis zombis esta de aniversario, creo que el 21 de junio para ser exacto. El ultimo gran golpe que noqueó al ultimo gran proyecto de hombre que el destino me puso en un plano que al parecer era posible y que yo sin mas, deje pasar, como todas las grandes cosas que vi, palpé y tuve.
Y yo, el que soy. El que a veces me da atisbos de su existencia en mi constante presente, ve este suceso como otro mas de muchos al que recordaré como un desgarro.
Los golpes fuertes son desgarros de algo que considerabas propio, tan tuyo como el concepto de soy. Y sobrevivir no es replicar, finalmente es ser.